Capital De Ceuta Y Melilla

A su juicio, la problemática que viven deriva de manera directa de su condición de frontera y de ahí que considera urgente enfatizar esta dimensión. “No hay conciencia en Europa de que la frontera de la Unión Europea llega hasta África”, afirma. Ceuta y Melilla son distantes y distintas entre ellas pero, sobre todo, con el resto de España.

Los contenciosos entre los Estados pueden perdurar siglos, o solo un período de tiempo. La narración de las ciudades españolas de Ceuta, a la boca del Ajustado de Gibraltar, y de Melilla, perdida en la costa del Rif oriental, es un caso tradicional, de manual, sobre los contenciosos que arrastran su vida durante varios siglos. El Gobierno español no se ha quejado nunca frente Marruecos por todos estos atropellos y otros varios que se han producido los últimos años. Se creó, a finales del verano de 2018, un grupo de trabajo hispano-marroquí sobre la aduana comercial clausurada de Melilla, pero sus escasas asambleas no ha dado resultado alguno. En la economía de Ceuta resalta el enorme peso que tiene en el sector terciario. Apenas existe ni agricultura ni ganadería, con lo que la pesca es la única actividad de relevancia en el ámbito primario. La accidentada orografía y la escasez de agua, energía y materias primas han impedido un mayor desarrollo de la ciudad.

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Dicen también hasta la saciedad que Ceuta y Melilla son ciudades marroquíes “ocupadas” por España, que son “presidios”, “enclaves”, en sentido peyorativo. Pero no se da cuenta Marruecos que es ahí donde exactamente su pretendido razonamiento se vuelve contra sí mismo. Pues, ¿qué fue lo que hicieron los árabes en el momento en que en el siglo VII invadieron el Norte de África?. Ya que que la ocuparon por la fuerza, habiendo expulsado ferozmente a los cristianos que ya estaban en el territorio desde hacía 300 años. De lo previo, inequívocamente se colige que Ceuta fue ahora española en los siglos I, II, III y siguientes hasta el siglo VII, en el Norte de África existió ya el cristianismo.

La hispanidad de esta otra plaza-fuerte data de su conquista, que se hizo cargo a la vivienda ducal de Medina Sidonia en 1497.
La posesión española de la ciudad de Melilla es, en la perspectiva y el argumentario español, mucho más flagrante si cabe.
Los contenciosos entre los Estados pueden perdurar siglos, o solo un período temporal.
Las dos ciudades del norte de Marruecos que son posesión de españa constituyen un atentado al principio geopolítico internacional de las fronteras naturales, principio al que está en su derecho a acogerse cualquier Estado soberano.
Por contra, la causa marroquí en este pleito, reside en los próximos extremos.

Gracias a las presiones marroquíes los estatutos de autonomía de Ceuta y Melilla no se promulgaron hasta el año 1995. El artículo no llegó a aplicarse jamás, ya que en 1995 se le otorgó un Estatuto de Autonomía (Ley Orgánica 1/95, B.O.E. 14 de marzo de 1995) que formó a la ciudad en un ente autonómico no equiparable a una comunidad autónoma. Desde la entrada en vigor de este estatuto lo reconocen a la ciudad como ciudad autónoma. El estatuto de 1995 logró posible que no se duplicaran los cargos en la localidad, ya que los cargos municipales pasaron a ser a la vez autonómicos. De esta manera el presidente de Ceuta es a su vez el alcalde, el pleno del ayuntamiento es por su parte la cámara autonómica y los concejales son también diputados autonómicos.

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Frente a las desalentadoras perspectivas económicas que acarrea un previsible futuro sin contrabando, una de las alternativas que está cobrando mayor vigor es la atracción de compañías de base tecnológica y servicios online, entre aquéllas que se incluyen aquellas dedicadas al controvertido juego online. En la situacion de Melilla, su Gobierno ya ha aprobado una radical reducción impositiva a su actividad, del 25% al 0,5%, que se suma al 50% de bonificación existente para ambos exclaves en los impuestos de la renta, sociedades y seguridad social. En definitiva, la deriva parece seguir hacia el modelo de Gibraltar, lo que implicaría tener que competir con el istmo, considerado un paraíso fiscal.

En los tiempos del protectorado español en el norte de África ( ), estas 2 ciudades han quedado excluidas y siguieron su vinculación con la Península, con lo que a su conclusión España no cedió su soberanía al recién independizado Estado de Marruecos. Tras la dictadura de Franco —que se hizo con el poder tras una guerra civil que tuvo como punto de inicio la sublevación militar iniciada en Melilla—, las dos ciudades quedaron configuradas como municipios andaluces.