Melilla Valla

Durante los años ha experimentado múltiples modificaciones que, en parte, responde al incremento de la peripecia de los inmigrantes ilegales para franquearla. No en vano, a los largo de los año los saltos a la valla han evolucionado y se generan de manera mucho más violento y con un mayor de personas con el objetivo de burlar a las fuerzas de seguridad encargadas de su vigilancia. En un inicio era solo una valla y mucho más adelante 2 vallas paralelas de tres metros de altura.

Melilla Valla

El estado de alarma, que todo lo ha cambiado en España, también ha dejado noticias en este salto a la valla, en tanto que el medio centenar de subsaharianos que ha accedido a Melilla no pudo ingresar por el momento en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes . Allí, que siempre hay algarabía en el momento en que uno de los intentos acaba en éxito para el colectivo, hoy no les dejan pasar por el peligro que podría suponer frente a la crisis sanitaria de hoy. Los agentes de la Guardia Civil que estaban en la valla en el instante del salto hicieron 12 devoluciones de inmigrantes y calculan que “aproximadamente una treintena” fueron interceptados por la policía marroquí. “Hay cuatro km en los que aún no han puesto esa clase de peines invertidos de acero que debían coronar la valla tras retirar las concertinas”, señalan algunos de los guardas que trabajan en el control fronterizo. La obra planeada por Interior también suponía la supresión de la sirga tridimensional de Melilla , la llamada “tercera alambrada”. Jamás ha llegado a utilizarse, pero desde 2006 hay un sistema de aspersores de gas pimienta dentro del entramado fronterizo.

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Tras mantenerse unos días en un pabellón, fueron trasladados a un campamento montado con las casetas de la Feria de Melilla, donde no guardan, ni muchísimo menos, las distancias de seguridad de dos metros decretadas por las autoridades sanitarias en la localidad. Melilla está clausurada a cal y canto por tierra, mar y aire desde mediados de marzo por la crisis sanitaria del coronavirus, pero el día de hoy sufrió una de las entradas más varias desde hace meses por el perímetro fronterizo. Unos 260 inmigrantes de origen subsahariano han intentado saltar la valla esta madrugada, y a pesar del esfuerzo de la Guarda Civil, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional por impedirlo, en torno a medio centenar ha conseguido ingresar a la localidad. Según Interior, “hay un protocolo predeterminado para reforzar la seguridad en aquellos puntos en los que se acometen las obras, así como coordinación con la Gendarmería marroquí”. Pero agentes de la Guardia Civil aseguraban ayer que varios de los inmigrantes “utilizaron utensilios y elementos de la obra para reventar candados y ingresar directamente por las puertas de la valla, sin la necesidad de saltar”. El salto, como otros (el último lo protagonizaron 50 inmigrantes el pasado agosto), se produjo simultáneamente por varios puntos, según guardas presentes.

Nada más llegar al Ministerio del Interior, Fernando Grande Marlaska anunció la instantánea sustitución de las concertinas, al considerar que tenía que ver con unos instrumentos enormemente violentos para los que procuraban saltar los vallados de Ceuta y Melilla. Fue precisamente el Gobierno del PSOE el que aprobó, en 2005, la instalación de estos artilugios, con una inversión de 8,7 millones de euros. Tenía que ver con un montaje de un vallado tridimensional compuesto por mallas metálicas, sirgas de acero y elementos activos, las concertinas, según se explicó en aquel momento. Tiene una altura de diez metros que acaban en un cilindro.

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El propósito de su colocación era “complicar la visión” de quien intentase sortear la alambrada. Pese a permanecer instalado desde entonces, no se activó debido al riesgo de ocasionar graves lesiones entre los migrantes, al rociar gas lacrimógeno contra gente exhausta y con probables anomalías de la salud respiratorias. 13 años después, Grande-Marlaska ha empezado a retirarla de la alambrada melillense. “Había probado no ser un elemento útil para la seguridad de los perímetros fronterizos”, comentan desde Interior a eldiario.es. Además de esto, con el pasar de los años, los saltos se hicieron cada vez más violentos, azuzados los inmigrantes por las mafias, hasta actuar en varias oportunidades casi con una especialidad militarizada, con una impecable coordinación de por dónde debían agredir el vallado con el objetivo de esparcir el esfuerzo de contención de los guardas. A los agentes se les llegaron lanzar excrementos y, lo que resultaba mucho más peligroso, soluciones ácidas que quemaban la piel.

Melilla Valla

«Los cuatro inmigrantes brincaron la valla de Ceuta por exactamente el mismo rincón». «Un subsahariano, primer inmigrante que consigue saltar la valla de Ceuta desde 2005». Grande-Marlaska ha eludido entrar “en debates” sobre la peligrosidad que, según el PP y el Gobierno de Melilla, tiene subir la altura de la valla en las ubicaciones vulnerables, más allá de que ha recordado que la localidad autónoma anunció últimamente que iba a acrecentar la altura de los muros perimetrales del centro de acogida de inferiores de La Muy pura. Tras el salto a la valla, que se ha producido en el momento en que se encontraba amaneciendo, los migrantes se han adentrado en la ciudad corriendo en grupo y exponiendo su alegría con chillidos de “boza, boza”. A la izquierda, imagen de la valla con concertina en 2019. En vídeo, la valla de Melilla alcanza los 10 metros en ciertos de sus puntos.

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