Guerra De Melilla 1921

La meyora detúvose, dende\’l primer día, a unos diez km de Melilla, ocupando posiciones aisllaes, cercanes a la vía ferrial. La segunda parte, ente agostu y avientu de 1909, foi más descansada, desenvolviendo un esplegue más ampliu, de sobra de 30 km, envolubrando\’l Gurugú y el territoriu menos accidentáu al sur d\’él, con munches mucho más tropes y meyor preparaes, y nos últimos tiempos con negociaciones coles cabilas mucho más dispuestes a dexar la presencia de españa. Las cabilas reaccionaron frente a la ampliación de las defensas de Ceuta y Melilla que coincidieron sobre entre los puntos del cementerio rifeño en Sidi Guariach. Fue entonces cuando se inició la guerra que acabó con la afianza de posiciones españolas. El desembarco de Alhucemas fue una operación militar llevada a cabo en la región del Rif por efectivos españoles y franceses que combatieron frente a las fuerzas rifeñas. Finalizó con la derrota de estos últimos y la consiguiente ocupación total de la región española del protectorado. Silvestre, que carecía de información confiable, tergiversó la disposición guerrera y subestimó la capacidad de lucha de las tribus rifeñas, y, precisamente por esto, extendió considerablemente más de lo prudente sus líneas.

Guerra De Melilla 1921

De esta manera definió el diario «El Telegrama del Rif» los movimientos de soldados que el oficial al mando de las operaciones en Marruecos, Manuel Fernández Silvestre, ordenó el 21 de julio de 1921. Unas maniobras que habían tenido como propósito final socorrer, partiendo desde el campamento de Annual, a una posición de españa que se había quedado aislada en territorio marroquí y se encaraba a miles de contrincantes. La posición de españa ubicada en el monte Albarran, muy cerca de Annual, es tomada por los rebeldes rifeños.

Después De Annual La Reconquista Del Kert (

Tan terrible derrota se saldó, según el expediente Picasso, con muertos ( españoles y 2390 indígenas). Sin embargo, las cantidades seguramente fueron inferiores, ya que los registros eran a menudo hinchados para cobrar más soldadas y recibir más suministros. El comandante Caballero Poveda calculó el total de bajas españolas en 7875 hombres. Indalecio Prieto calculó en 8668 los españoles fallecidos o desaparecidos en octubre de 1921. Finalmente, Juan Tomás Palma Romero (2001, p. ) estimó en 8180 los muertos o desaparecidos. En cualquier caso, había tantos cadáveres que se decía que, del segundo día de ahora en adelante, los buitres solo comían de comandante para arriba. A las pérdidas humanas se agregaron las de material militar ( fusiles, 400 ametralladoras, 129 cañones, además de municiones y pertrechos).

  • Silvestre consideró erróneamente que se trataba de acciones aisladas, y por esto mantuvo las posiciones, incluyendo una base de acompañamiento en las lomas de Igueriben, unos 5 km al sur de Annual.
  • A lo largo de ese tiempo, solicitó refuerzos, que jamás le fueron proporcionados.
  • Al final, el 17 de julio, Abd-el-Krim, al mando de los Beni Urriaguel y con el acompañamiento de otras cabilas, que se habían sumado debido al éxito alcanzado en Abarrán, lanzó un ataque general sobre las líneas españolas.

de distancia del fuerte de Melilla, el Monte Arruit estaba completamente apartado de asistencia de españa, enteramente abandonado a su suerte. La campaña se saldó con mucho más de 13.000 soldados españoles muertos, en una de las derrotas mucho más traumáticas y humillantes de la historia del país. Más que nada por la parte de los franceses, pero también de los españoles. El inconveniente no fue el armamento rápido (que siempre habían tenido los rifeños), sino más bien el pesado.

En Barco Hacia Melilla

Todos en España creían que se alcanzaría dentro de poco la bahía de Alhucemas, pacificándose definitivamente el territorio. Silvestre cometió varios fallos y también imprevisiones en su avance, subestimó al enemigo, no desarmó a las tribus rifeñas cuya lealtad había comprado, y extendió mucho más de lo prudente sus líneas de abastecimiento. Las fuerzas de la comandancia de Melilla se distribuyeron entre nada menos que ciento 40 y cuatro puestos y pequeños fuertes o blocaos, a lo largo de 130 km de zona ocupada. Los blocaos se situaban siempre y en todo momento aprovechando los lugares altos, pero más allá de que desde estas posiciones se podían controlar amplias zonas, comunmente no había agua, lo que forzaba a proceder a por ella con reatas de mulas periódicamente, en ocasiones a diario (conocidas entre los soldados como «aguadas»). Con fuerzas tan repartidas y recluidas entre sí no era viable realizar frente de manera eficiente a un ataque del enemigo. Las condiciones de vida de los soldados, ahora por sí malas, eran pésimas en estos blocaos. La fotografía fue tomada meses tras el desastre, tras recuperar las posiciones el ejército español.

Guerra De Melilla 1921

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